Bufanda
Fue la mala noticia que no caló a la primera
y el recibimiento impermeable
un paraguas de duda y asombro.
¿Qué? Nada. Shhh. Lluvia solo.
Cuando la primera gota llega al párpado
las madres dejan de ser madres
y pasan a ser cabecitas temblorosas entre las manos.
¿Por qué? Shhh. Duerme. Un mal sueño solo,
y te dejan a ti con todo, tú que nunca fuiste madre,
y se despiden con los ojos. Y un último consejo solo:
abrígate bien, hace frío ahí fuera.
Y cogen la bufanda
(es su último acto maternal)
y te la enrollan al cuello bien fuerte
y te dejan un nudo en la garganta
como el que tienen ellas
que dura siempre.
qué dura siempre.
Muy emotivo.
ResponderEliminarControlas bien las palabras y su semántica, haces que trabajen para ti de una forma excepcional. El verbo calar, el adjetivo impermeable, los sustantivos paraguas y lluvia... Todo perfectamente planeado y ejecutado. ¿El resultado? Muy melancólico, como esas tardes de lluvias que, adivino, te dejan absorta enfrente de la ventana.
Gran trabajo.