Yo
llegué latiendo despacio, calmadamente
para
no despertar a las amapolas desparramadas en el vientre
de
las aves]
Era
un vuelo raso, como de satén y agua
chupando
despacio para no derramar la leche caliente
de la muerte]
Qué
gran sueño, pasaban rápido las alboradas
y
el tiempo se desplazaba entre libélulas...
... silencio...
No
había nada como el silencio que pasaba golpeando
los
tambores, calladamente, y sonaba como el “ohm”
de las musarañas]
Tú
lo sabías, también lo habías vivido, entonces
¿por
qué llegaste a mí desfibrilando?, frívola,
cómo
me abriste el pecho, cómo me introdujiste las palas
y
me llenaste de rayos derramando la leche.
Resucité
latiendo deprisa, estrepitosamente,
desde
que me tocaste una mañana,
era
un vuelo alto, como de fuego y nébulas.
Desperté
a las amapolas, las aves, la vida...
...
vida...
qué
vacía de silencio, qué llena de palabras,
¿es
normal? ]
tanto
ajetreo... tanto deseo...
¿Por
qué lo hiciste?,
... tanta incertidumbre...
Ya
no sé si odiarte
... tanta duda...
O
darte las gracias.
... tanta vida]
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ResponderEliminarEsto es algo que todo el mundo entiende. Solo entiendes lo que recuerdas, porque es "vivencia" y proceso de lo que ahora eres, forma parte en ti, por eso te viene a la mente. Todos estamos allí, creemos que estuvimos y volveremos, pero no es del todo así. No iremos a ninguna parte, seguimos aquí, siempre, Neeze. Somos nosotros quienes creamos y desplazamos las cosas. Nosotros no nos movemos, es el cuerpo. No volviste a tu hogar, no volverás a tu antiguo hogar. Solo fuiste amarrada por un pedazo de carne, pero es verdad, da igual, es cambio, ya está. Solo una cosa mal, decisión no es lo mismo que crear, es limitar a dos toda la posibilidad. Cuando estás en medio no sabes hacia a donde tirar, ya no sabes. No eres pura, estás mezclada pero separada y la duda solo asalta en las batallas.
ResponderEliminarAgradecimiento, aunque sea por las palabras que derramaste en su nombre y en su cuerpo.
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